sábado, mayo 24

Vecinos del barrio Las Américas cansados de los microbasurales: “Tiraron un caballo”


Aseguraron que la acumulación de residuos es moneda corriente. “Pregunto qué solución me pueden dar y me dicen que nada porque es algo de la sociedad”, manifestó una comerciante.

Vecinos de Las Américas están cansados de los microbasurales que otros habitantes de la zona generan en diferentes espacios públicos del barrio. A pesar de realizar reclamos a las autoridades municipales, no reciben las respuestas esperadas.

Candela, una trabajadora de una fábrica de film ubicada en Magallanes al 8700, dialogó  y envió videos de cómo se encuentra hoy el espacio público. “Las imágenes son de hoy pero tengo de hace una semana, dos semanas, tres semanas”, dijo, y sumó: “Se los voy enviando al presidente del Emsur, Santiago Bonifati, y a otra persona que está en el área”.

“Con los vecinos hacemos la queja al 147. Pero pasan semanas y no tenemos respuesta. Entonces le hablo a Bonifatti, le explico lo que estamos viviendo y le pregunto qué solución me pueden dar, y me dicen que nada porque es algo de la sociedad”, remarcó la mujer.


Por otra parte, y teniendo en cuenta que trabaja en una fábrica, y que enfrente hay una distribuidora de papel higiénico y descartables, “los impuestos que pagamos son muy elevados para que pase esto”. “Es muy indignante”, sentenció.

La preocupación de Candela llegó durante la mañana de este miércoles, cuando llegó a su trabajo y vio que parte del microbasural se prendía fuego. “¿Qué pasa si se prende fuego la distribuidora? Porque después todos lloramos si hay algún muerto o por la pérdida económica. Pero me parece que no tenemos que llegar a eso”, sostuvo.


Por este motivo, en las últimas horas se acercó al Emsur para hacer el reclamo y recibió una respuesta: “Más que tomarme el reclamo y mandar a limpiar no podían hacer, porque no hay ninguna solución porque es algo de la sociedad. Me dijeron que me podían mandar a poner un cartel, pero nada más”, manifestó.

Antes de finalizar, la mujer destacó que “el barrio está muy sucio. Se llena de basura en cuestión de días. Cuando se demoran en limpiar, la gente ve basura y empieza a tirar más”.

“He visto sillones, carritos de bebé, de todo. Pero la única vez que tuve una respuesta concreta fue cuando una vez tiraron un caballo. Llamé, dije que tenía un caballo, y me dijeron ‘ah eso sí es urgente’, y aparecieron para llevárselo”, concluyó.