La Clínica del Niño y el Hospital Italiano llevaron adelante el primer traslado de un paciente pediátrico con un equipo ECMO móvil. El pequeño guerrero toleró la intervención y ya está en Buenos Aires.
Los minutos contaban, y la vida del pequeño Álvaro necesitaba de una ayuda médica que no podía recibir en Mar del Plata. Su salud frágil producto de una infección generalizada impulsó un traslado inédito para que pueda ser tratado en el Hospital Italiano de Capital Federal.
Gracias al equipo médico de la Clínica del Niño y la Familia y a los especialistas que llegaron desde Buenos Aires para conseguir el primer traslado sanitario de un paciente con un equipo de ECMO móvil pediátrico en la ciudad, el bebé de 11 meses pudo ser tratado y llevado en avión sanitario en plena madrugada para recibir la plasmaférisis que es el tratamiento indicado para este caso de extrema gravedad.
Para que este hito médico se concrete, hubo un aporte clave de los médicos, y del pequeño guerrero que el 27 de diciembre cumplirá un año. Álvaro era hasta hace unos días un bebé sano que crecía con su familia en Ayacucho. Pero un cuadro febril lo llevó al hospital, y la infección que le detectaron puso su destino en manos ajenas, y en Mar del Plata.
Un cuadro grave y un traslado sanitario histórico
“Cuando ingresó en la Clínica del Niño y la Familia ya tenía una infección generalizada. Solo había tenido un antecedente hace un par de meses de una infección menor, pero tuvo un cuadro febril y un shock séptico”, explicó Daiana Jáuregui, coordinadora de la terapia intensiva pediátrica de la Clínica del Niño y con formación en el Garraham.
Desde allí, todo fueron malas noticias. En las primeras horas del martes el cuadro desencadenó una sepsis por una bacteria (estreptococo pyogénesis). Lo pasaron a terapia intensiva con falla hemodinámica, asistido por respirador, y se mostró refractario al tratamiento. Como el bebé no tenía una respuesta favorable, se resolvió este histórico traslado de urgencia al Hospital Italiano. No había tiempo que perder.
“Fue el primer traslado en un equipo de ECMO móvil pediátrico de la historia en Mar del Plata con una máquina de circulación extracorpórea. Le colocan una cánula de gran tamaño en una vena de grueso calibre y circula la sangre por fuera del paciente. Es de extrema complejidad, solo el Italiano y el Garraham lo realizan en pacientes pediátricos”, explicó Jáuregui.
La tarea que realiza la máquina ECMO permite que los pulmones y el corazón descansen en momentos en que los órganos empiezan a fallar por la infección. Suena riesgoso, impactante. Y así fue. A la medianoche de ese mismo día llegó la máquina para el traslado a Buenos Aires con el soporte que lo mantenía con vida. Desde el Italiano llegaron un cirujano cardiovascular, dos encargados de la maquinaria, un terapista Jefe y un enfermero de traslado.
El equipo ECMO móvil y una preparación delicada
“El paciente estaba crítico, tenía mucho soporte vital, estaba en terapia de reanimación continua recibiendo drogas de manera permanente y mucha ayuda. Estuvimos todo el día armando el traslado, con pruebas de laboratorio, imágenes, el trabajo de las enfermeras. La plasmaféresis (extrae de la sangre el exceso de anticuerpos, proteínas anormales u otras sustancias dañinas) se puede hacer en pacientes de mayor tamaño en nuestra ciudad pero no en pacientes tan pequeños como el, que pesa solo 10 kilos porque las cánulas y los circuitos son diferentes”, contó la médica de la Clínica del Niño y la Familia.
Cerca de la una de la mañana, la unidad de terapia intensiva pediátrica se preparó para una tarea muy delicada. Duró una hora la canulación del bebé y luego una hora más para asegurar que estuviera estable para el traslado. Sus ganas de vivir ganaron la primera batalla.
“En total fue de casi cuatro horas. Toleró la derivación bien, llegó en buenas condiciones clínicas a Buenos Aires, por la mañana se le hizo la primer plasmaféresis. Sigue con sostén de drogas inotrópicas, hematológicamente comprometido”, comentó Jáuregui.
El que recibió apenas arribó al Hospital Italiano fue el primero de siete ciclos que le realizarán al pequeño para superar la infección. El histórico traslado fue un éxito, con pronóstico reservado. Sigue en buenas manos y dando batalla. Ahora todos esperan la recuperación ansiada, el mejor regalo de Navidad posible, y festejar su primer año de vida.