miércoles, marzo 12

Buscan en Mar del Plata rusos y camioneros para la película de Pepita La Pistolera que protagonizará una famosa actriz

El film comenzará a grabarse en los próximos meses en Mar del Plata. Se necesitan nativos o bilingües y choferes profesionales. Cómo participar del casting.

En lo que promete ser un nuevo éxito de un verdadero thriller, la industria audiovisual se prepara para rodar La Pistolera (la leyenda de Pepita), la película que se centrará en la vida de Margarita Di Tullio, una criminal del Puerto de Mar del Plata que revolucionó el negocio de la prostitución al rescatar y empoderar a mujeres víctimas de trata.

Si bien esta previsto que comenzara a fines de 2024, su rodaje finalmente se pondrá en marcha en las próximas semanas y por estas horas la compañía productora de Zeppelin Studio, liderada por Lucas Jinkis, en coproducción con Historias Cinematográficas, busca actores para el casting que se realizará en la ciudad del famoso personaje policial.

El proyecto tiene como protagonista personal a Luisana Lopilato. La ex “Casados con Hijos” será la encargada de ponerse en la piel de “Pepita La Pistolera” bajo las ordenes de Lucía Puenzo.



Desde el comunicado de prensa emitido Zeppelin Studios indica que la película estará centrada en “Marga”: “la famosa criminal que revolucionó el negocio de la prostitución al rescatar y empoderar a mujeres víctimas de trata y se transformó en leyenda luego de un triple crimen en defensa de su familia”. Su leyenda se cimentó en 1985 tras un triple crimen en defensa de su familia, un evento que la catapultó a la fama y la convirtió en un mito popular en Argentina.



Representantes de la industria audiovisual anticiparon que el rodaje tendrá lugar durante el mes de mayo y algunas escenas, lógicamente, serán grabadas en Mar del Plata. “Estamos en búsqueda de actores para algunos roles y de actores sociales para otros”, indicaron.

De acuerdo a la convocatoria que lanzó la productora, se buscan hombres mayores de 21 años para interpretar extras. Se trata de artistas de origen ruso o que sepan hablar el idioma y camioneros de profesión que cuenten con licencia de conducir camión vigente.

Los interesados en participar pueden enviar su nombre, apellido y edad 223 354-7929. Todos los trabajos son remunerados.



Margarita Di Tullio nació el 15 de junio de 1948 en Mar del Plata y de chica se hizo lugar en un mundo de hombres hasta convertirse en “la reina del hampa”. Comenzó su raid a los siete años cuando su padre Antonio la llevaba a la Gruta de Lourdes para que vacíe las alcancías que los feligreses llenaban a diario. Cuando cumplió diez, Antonio le enseñó a disparar y comenzó la leyenda. “Marga no usaba armas blancas, le fascinaban los revólveres”, recuerdan quienes la conocieron.

Durante su adolescencia se dedicó a asaltar a desprevenidos amantes en la denominada “Villa Cariño” marplatense y luego comenzó a asaltar fábricas y comercios de la zona portuaria. Esa rutina la mantuvo hasta 1966, cuando cayó detenida por el delito de robo automotor a mano armada. Tenía 18 años y durante los siguientes cuatro, sus compañeras del Penal de Dolores le enseñaron el abc de la peluquería y manicuría.

Ya casada con Guillermo “el negro” Shelling protagonizó el 20 de agosto de 1985 a las 9.30 el triple crimen que la puso en la primera plana de los medios nacionales. Margarita se adjudicó los tres crímenes pero las pericias determinaron que había causado la muerte de dos de los sujetos. Por el hecho, caratulado como exceso en la legítima defensa, cumplió una condena de tres años de prisión. No le gustó nunca el apodo con la habían bautizado los medios: hacía referencia a una adolescente que mataba y violaba por placer y ella, en cambio, sólo respetaba a los delincuentes con códigos.

A mediados de los ’80, Di Tullio abandonó la delincuencia y junto a su pareja abrió “Neisis Drinks”, el emblemático cabaret que regentearía hasta su muerte; luego sus hijos continuarían con el negocio familiar. Hay quienes dicen que el nombre era una forma de homenajear a Shelling, a quien llamaban Ness por su aspecto físico. Otros, en cambio, aseguran que leyendo un libro de nombres encontró que “Neisis” significaba “brillante” y no dudó en llamar así a su flamante emprendimiento.

Lo cierto es que en épocas en que la prostitución no era cuestionada, el negocio progresaba y Margarita se jactaba de tener verdaderos antros de perdición al que asistían marineros, comerciantes, profesionales y políticos. Según solía decir, las mujeres que trabajaban con ella estaban allí “porque querían” y porque ella las hacía respetar. En sus mejores épocas, el lugar supo tener 40 mujeres que trabajaban en el bar.



En 1997 el nombre de Margarita Di Tullio ocupó las primeras planas de los diarios nacionales. “Pepita la pistolera”, esta vez, había quedado envuelta en un nuevo caso policial resonante: se la acusaba de liderar “La banda de los Pepitos”, organización sospechada de haber participado el 25 de enero de ese año del crimen del fotógrafo de la revista Noticias, José Luis Cabezas.

Convertida en un personaje pintoresco y novedoso, se paseaba por los medios. Incluso, llegó a contar su historia en la mesa de Mirtha Legrand y participó del detector de mentiras de Chiche Gelblung. Por esos días también se enarboló como una de las principales defensoras de las prostitutas que habían sido asesinadas por el denominado “loco de la ruta”, un falso asesino serial inventado por la Policía Bonaerense.

“Cuando me muera no los quiero ver llorar, quiero que pongan música y tomen champagne. Los voy a estar mirando”, les había dicho a sus familiares meses antes de sufrir el ACV, como si hubiera presentido que el final estaba cerca. Por eso, cuando llegó el momento, su familia cumplió con esa última voluntad al pie de la letra.

El 30 de septiembre de 2009 falleció en el Hospital Privado de Comunidad tras pasar meses internada. En Mar del Plata nunca se vio un velorio igual. Las “chicas” de Marga -así se autodenominaban las mujeres que trabajaban en su cabaret- llegaron a despedirse de la reina de la noche portuaria con sus ropas de trabajo, mientras que cientos de hombres y mujeres se acercaron a la extinta Cochería Italiana, sobre calle Magallanes al 3300, con una copa de champagne en la mano. Si bien el velatorio fue multitudinario, no todos pudieron ingresar a la sala donde se encontraban los restos de Di Tullio.