Actualmente son aproximadamente 30 los integrantes de la fundación que se convirtió un pionera en la resignificación de la gerontología en el país y en América Latina.
Un grupo de adultos mayores practica una coreografía arriba del escenario de la Sala B del Centro Cultural Soriano, en un costado una mujer vestida con una pollera negra, una camisa blanca y un chaleco brillante pone a afinar un clarinete de textura rugosa. Sentada bajo el escenario, María Esther Stato sigue cada detalle de lo que ocurre y ultima detalles para la presentación que Papelnonos realizará dos horas más tarde.
Stato no puede con su alma de docente y presta atención hasta a cómo deben posar los músicos para las fotos. “No pongas las piernas así, queda feo”, le dice a una de las mujeres sentadas en primera fila para tomare una fotografía. Forma parte del proyecto de integración desde hace 18 años, cuando dejó su trabajo como profesora de música y está al frente de la dirección de Papelnonos desde el deceso de su fundador Jorge Strada.
“Tocaba la flauta, pero no puedo estar arriba del escenario y dirigir al mismo tiempo”, dice a 0223 en un alto del ensayo. Este año, para los Papelnonos es muy particular ya que cumplen 35 años desde su fundación como programa social, educativo y cultural orientado a promover un envejecimiento activo de las personas con inclusión social.
Según explica la mujer, la idea de Strada surgió a raíz de un taller que realizó sobre armado de instrumentos musicales de viento con papel en septiembre de 1989 y tuvo tal convocatoria, que decidió convertirlo en algo más grande. Entonces creó la Fundación Papelnonos y desde entonces mantienen una agenda de actividades constante que solo fue interrumpida por la pandemia.
“En la época de oro tuvimos hasta siete varones en la agrupación”, cuenta con picardía Stato mientras reconoce que actualmente son dos los hombres que integran la agrupación que cuenta con una abrumadora presencia femenina. “La mayoría son amas de casa”, dice consultada por las profesiones de los integrantes de la agrupación que actualmente tiene 30 personas en su staff además de un luthier que se encarga de terminar de darle forma a sus creaciones.
“En la época de oro tuvimos hasta siete varones en la agrupación”, cuenta con picardía Stato mientras reconoce que actualmente son dos los hombres que integran la agrupación que cuenta con una abrumadora presencia femenina. “La mayoría son amas de casa”, dice consultada por las profesiones de los integrantes de la agrupación que actualmente tiene 30 personas en su staff además de un luthier que se encarga de terminar de darle forma a sus creaciones.
A lo largo de 35 años, Papelnonos fue una especie de referente para la creación de agrupaciones similares alrededor no solamente en Argentina “Hay -NdR agrupaciones similares a Papelnonos- en México, Chile, Ecuador, Italia, Australia, España”, enumera la mujer.
Desde su fundación, la agrupación tiene como sede la Biblioteca Pública de Música “Astor Piazzolla”, ubicada en 25 de mayo al 3100, donde también se conserva 66 mil partituras, entre las cuales se pueden encontrar 8 mil tangos pero también obras de todos los estilos y géneros musicales, además de contar con material bibliográfico y fonográfico.
En la historia de la entrañable agrupación solo figura un hecho lamentable que los tuvo como protagonistas cuando en 2019, el gobierno del entonces intendente Carlos Arroyo pretendió ceder la casa a la Asociación de Veteranos Defensores de Malvinas (Avedema) sin previo aviso a los integrantes de la fundación que de inmediato se organizaron para evitar ese traslado. La “mudanza” finalmente no se materializó porque desde Avedema, en medio de la polémica decidieron no hacer uso del espacio pese al acuerdo firmado con el Municipio.
Para Papelnonos el fallido intento de mudanza junto con la amenaza de movilización quedó en una anécdota y ahora se preparan para realizar un espectáculo itinerante que los llevará a recorrer varias calles del centro de la ciudad con su música y alegría característica.